Escritor Negro o Fantasma
¿Escritor
Negro o Fantasma?
Un escritor fantasma (a veces también llamado negro) es un escritor al que se le contrata para
escribir algo sin
que posteriormente reciba la autoría de lo que ha escrito. Por
ejemplo, en el caso del ejemplo anterior, sería esa persona que redactó gran
parte de la novela y posteriormente “dejó” que fuera firmada por Ana Rosa a
cambio de una buena cantidad económica.
En un mundo más cercano al nuestro podríamos considerar como escritor
fantasma a cualquiera que escribe
artículos, ebooks o cualquier contenido descargable para otros blogs sin
recibir ningún tipo de reconocimiento.
Debido al crecimiento del mundo 2.0,
cada vez tenemos más escritores fantasmas rondando por ahí y más empresas que
necesitan a uno. Teniendo en cuenta que hay más de 1.000 millones de páginas
web en Internet y bajo la razonable duda de que la mayoría de dueños no
son muy buenos escribiendo, me parece de lo más normal.
¿Es común utilizar uno?
Creo que con el párrafo anterior lo dejo bastante
claro: sí. En primer lugar, en el mundo político y de las
celebridades tenemos siempre a ese clásico escritor que se dedica a redactar
autobiografías e incluso a algunos que escriben escriben un libro de cero
con indicaciones del posterior autor. No es raro, ni mucho menos.
Volviendo al mundo del blogging, me parece que es algo todavía más común. Por
ejemplo, conozco a varias personas que escriben para agencias de comunicación a
lo ghostwriter con el clásico autor de “Equipo de…” o
“Redacción de…” dejando entrever a los visitantes que el texto ha sido escrito
por miembros de la agencia cuando realmente lo ha escrito una persona externa.
En otros casos, algunos bloggers y empresas
pequeñas directamente contratan servicios de redacción para aumentar el ritmo
de publicaciones de su blog o delegar totalmente el trabajo en ellos. Por lo
tanto, a partir de ahora, cada vez que leáis un texto podéis preguntaros: ¿será de ellos o no?
Cómo trabajar con un ghostwriter 2.0
Más allá de entrar en ningún tipo de debate
moral, por ahora, os voy a contar cómo (creo) que hay que trabajar con un
redactor fantasma. No soy la persona más experta en este tema, pero creo que
tras estar en contacto con este mundo de manera mucho más activa algo he
aprendido estando en uno y otro lado.
Sinceramente, creo que los cuatro puntos que expongo son muy parecidos a aquellos que tendrías que
tener en cuenta si contratas cualquier tipo de redactor, sea
fantasma o no, pero sin embargo el cuidado que debes de tener en cada uno de
ellos es mucho mayor en este caso.
1. Contrata a alguien de confianza
Piensa que si alguien escribe con su nombre, puede dañar más o menos la
imagen de tu persona o empresa, pero al final siempre podrás “echarle la
culpa”. Sin embargo, con un ghostwriter, ¿qué vas a decir si hay una
equivocación? Dudo que decir “eh, que eso no lo he escrito
yo” vaya a arreglar nada.
Debes contratar a alguien en quien confíes al
150% porque básicamente estás poniendo tu nombre a disposición de sus manos.
¿Qué mejor que buscar las mejores manos posibles?
2. No te desentiendas
Contratar a alguien y simplemente decirle
“venga, a escribir” no es la mejor manera de aprovechar a este tipo de
profesional, sobre todo si ya tienes un recorrido previo escribiendo tú mismo.
Establece tú el estilo, la forma de escribir y los aspectos y temas que te
gustaría tratar en tus artículos y no dejes todo en manos de tu redactor
fantasma.
Por muy bueno que sea, la
idea es que entre ambos creéis y deis forma al contenido
que se va a publicar sin desentenderte totalmente de ello. Informa
a esa persona de la manera en la que escribís y, si puedes, escribe una pequeña
guía con todas las pautas de actuación a seguir.
Si dejas que escriba de cualquier cosa, puede
que acabe escribiendo de algo que tú no controlas, por lo que podríamos
estar entrando en un terreno peligroso que podría llevarnos a tener algún que
otro problema.
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